viernes, 13 de abril de 2012

Susana Pérez

(Foto cortesía de Depropio)

El país de Nunca Jamás

Le gustaba imaginar que podía parar el tiempo y que nada ocurría. Cada miércoles acudía a la Estación Central y se sentaba en un banco a observar a la gente pasar; hombres, mujeres, ancianos y niños, corrían a toda prisa por el andén en busca del tren con destino al país “De Nunca Jamás”. Él no les seguía, aunque lo deseara; el tiempo se le escapaba. En esos momentos, como venganza consigo mismo y disfrutando de cierto placer en el control, detenía el tiempo y el silencio lo consumía todo: no existían silbidos de partida ni el bullicio de las gentes. Los propósitos se congelaban en el aire. Así, cuando se sentía único protagonista, esbozaba una pequeña sonrisa. Ese día nunca llegarían a su destino.

Ilustración de Joaquín Aragón Vega
Susana Pérez  - Aprendiz de palabras

4 comentarios:

  1. Lo de parar el tiempo es muy de las "Chicas del Sombrero",... mis queridas majaras.

    Besos payasos, mpl.

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  2. Su, ya lo sabes. Este relato me encanta, pues tiene mucha literatura en él. Además con esa ilustración que lo complementa deja un cuadro majestuoso.

    ¡Enhorabuena!

    Bessets.

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  3. Es totalmente evocador, la ilustración te mete en la historia y la historia te mete en la ilustración.
    ¡Felicidades!

    Besos

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  4. ...pero nosotros llegamos a nuestro destino, Madrid, y nos conocimos, que chulada.

    Un besazo!!!!

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