martes, 10 de abril de 2012

Lola Sanabria


(Foto cortesía de Depropio)

Sufrimiento coronario

Cuando yo llegaba del instituto, ella ya estaba allí. Mi hermano y su novia, abrazados y besándose en el sofá. Saludaba, rastreando la mirada por el suelo, sin querer verla. Aún así, sentía la punzada en el pecho, el golpe brutal en mis venas. Iba a la cocina, sacaba el cuchillo del cajón y lo hundía entre mis costillas. Las separaba con las dos manos, sacaba el corazón palpitante y lo guardaba en el frigorífico. Y allí se quedaba, en reposo, esperando a que ella se marchara.




7 comentarios:

  1. A ese corazón no le van a salir arrugas con el frío del congelador.... Genial!

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  2. Pero qué malo son los celos, jodé...

    Bestial, Lola. Como tú.

    Besos payasos.

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  3. Joooo que frío. Los celos son un corrosivo muy potente.

    Besos desde el aire

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  4. Lola y su corazón encima de la mesa. Así me gusta!!!
    Abrazos enormes

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  5. Uf! espero que frigo fuera doble AA...

    Un abrazo!

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  6. La adolescencia es una enfermedad en sí misma.
    Gran micro, Lola.

    Un beso.

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  7. Totalmente de acuerdo con todos y cada uno de vosotros. Pero ¡ay, qué sería la vida sin amor! Aunque habría que pensar en aquello de compartir es vivir.

    Abrazos a puñados.

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